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COVID impulsa 4 grandes tendencias en el sector agrícola

Artículo PROCOMER

Enrique Ulloa
Analista económico de la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica
(PROCOMER)

El COVID-19 ha tenido efecto en la reducción del comercio mundial, la cual según proyecciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC, 2020a) llegará a -9,2% para 2020. Sin embargo, el sector agroalimentario se ha mantenido resiliente, con un incremento de las exportaciones de +5% en el primer semestre 2020. En el caso de Costa Rica, por ejemplo, las exportaciones de este sector tuvieron un crecimiento de +2% en ese mismo período. Según datos de Euromonitor (2020a), el consumo mundial de productos frescos también evidencia un crecimiento de +6% para este año, asociado a que los consumidores han experimentado una mayor anuencia de compra, principalmente por los beneficios asociados a la salud y a mayores facilidades para su adquisición desde el hogar.

La OMC (2020b) también advierte que pese a la resiliencia del sector “la crisis ha ejercido una mayor presión a la baja sobre los precios de los productos alimenticios y, por consiguiente, sobre los ingresos de los productores.” De esta forma, la comercialización de productos agroalimentarios ha promovido el dinamismo/consolidación de cuatro grandes tendencias mundiales:
Seguridad de los alimentos: en el contexto de pandemia, los consumidores tienen una mayor preocupación por la inocuidad y trazabilidad de sus alimentos. Euromonitor destaca que 27% de los consumidores consultan el país de origen en las etiquetas de los alimentos y bebidas y 14% buscan transparencia en la cadena de suministro de alimentos y bebidas. La norma ISO 8402 mencionado por FAO (2016) conceptualiza la trazabilidad como la “capacidad para reunir el tejido histórico, la utilización o localización de un artículo o de una actividad por medio de una identificación registrada”, desde el origen hasta el punto de consumo (componente de localización) y desde el punto de consumo hasta el origen (componente de rastreabilidad).
Pese a ello, la trazabilidad por sí sola no resuelve problemas de inocuidad o seguridad de los alimentos, sino que esta debe estar asociada a la implementación de recomendaciones técnicas como las Buenas Prácticas Agrícolas y Buenas Prácticas de Manufactura. En países como China, incluso se han establecido medidas para garantizar que los productos importados se encuentren “libres del virus de COVID-19”, razón por la cual las medidas de control de la inocuidad y trazabilidad desde los países de origen se hacen cada vez más relevantes para los gobiernos.


Nuevo enfoque de sostenibilidad: cada vez más los consumidores eligen productos frescos basados en su menor impacto ambiental, por ejemplo: en cuanto a reducción de la huella de carbono (como lo son menores tiempos de transporte y refrigeración asociados a la logística principalmente en productos importados), empaques sostenibles, reducción de desperdicios o la utilización de insumos amigables con el ambiente para su producción. Según Euromonitor (2020b), el propósito corporativo de hacer dinero, vender más y tener mayores ganancias está redefiniéndose, replanteando el concepto tradicional buscando generar valor a la sociedad y al planeta. Se espera que entre 2020-2025, las empresas buscarán implementar iniciativas de reciclaje y manejo adecuado de residuos, junto con programas de apoyo a empleados, el desarrollo y lanzamiento de productos sostenibles, con el fin de mejorar la reputación de la marca y valor financiero para las empresas, el 61% de las compañías buscará realizar negocios con propósito balanceando lo social y ambiental en el futuro post-COVID19 (Euromonitor, 2020c).


Consumo de productos locales: el efecto del COVID-19 ha dado lugar a una desaceleración de la economía mundial (una contracción en el presente año de -4,4% según proyecciones del Fondo Monetario Internacional), lo cual ha ocasionado la disminución de ingresos y gastos de los consumidores, de allí que los países han buscado colocar sus economías locales como prioridad, y han ideado formas de estimularla, una de ellas es mediante la promoción del consumo local el cual se ha buscado fomentar para dinamizar no solo la compra sino el empleo en toda la cadena de suministro.
De acuerdo con una encuesta de The Packer (2020), el 60% de los consumidores estadounidenses encuestados prefieren comprar productos locales y el 50% de ellos hace un esfuerzo consciente en hacerlo. COVID-19, ha ocasionado adicionalmente, restricciones en el movimiento de personas (que ha dado paso a limitaciones en obtención de mano de obra extranjera para labores de producción) y productos (bloqueos y manifestaciones generan retrasos en puntos de ingreso de alimentos importados), de allí que los consumidores han optado por adquirir productos locales, que requieren de menores tiempos de refrigeración y transporte lo que se traduce en ocasiones en una mejor calidad del estado de la fruta o verdura.
Esto también ha dinamizado modelos negocio como la venta mediante plataformas en línea (que se proyecta continúe y consolide en la época post-COVID19), entregas a domicilio e incluso tiendas bajo el modelo drive thru, en donde los compradores reducen su contacto social al tiempo que adquieren productos frescos locales (Euromonitor, 2020c).


Consumo de alimentos que apoyan el rendimiento mental y el fortalecimiento del sistema inmunitario: en el contexto actual, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado una alimentación saludable para el buen funcionamiento del sistema inmunitario, así como para la prevención de enfermedades. De allí que ha surgido un interés creciente por parte de los consumidores por alimentos que no solo mejoren sus defensas, sino también por aquellos que optimicen el rendimiento mental mediante ingredientes adaptógenos (sustancias naturales para reducir estrés) y nootrópicos (sustancias que mejoran la capacidad cognitiva).


Por ejemplo, en Costa Rica se han estudiado diversos alimentos que tienen propiedades para el fortalecimiento del sistema inmunitario, tal como la mora (Rubus adenotrichos) que de acuerdo con Azofeifa et al (2013) presentan altos contenidos de polifenoles conocidos como elagitaninos y antocianinas (que son compuestos antioxidantes) y donde se han destacado sus propiedades para la protección contra enfermedades cardiovasculares, la disminución de la presión arterial, control de la diabetes y prevención de ciertos tipos de cáncer. Otro producto por destacar, y que está siendo cultivado en este país centroamericano, es la cúrcuma, la cual dispone de propiedades antioxidantes y antiinflamatorias asociado a su contenido del compuesto activo conocido como curcumina. Según el Laboratorio de Biodess de la Universidad de Costa Rica, la cúrcuma cultivada en ese país puede disponer de hasta el doble de porcentaje de contenido que otros países productores. Respecto a los productos ingredientes nootrópicos naturales se pueden destacar: el té verde, gingseng y las semillas de guaraná y en adaptógenos la Rhodiola rosea y la Echinacea Purpurea.


Ante el contexto actual es fundamental que el sector empresarial se mantenga actualizado respecto a las nuevas tendencias y modelos de negocio para la comercialización de frutas y vegetales de forma que puedan reorientar sus estrategias de negocio a los requerimientos de los consumidores. Se hace necesario considerar fundamentalmente: mantener un contacto constante con clientes y proveedores, seguir las recomendaciones de seguridad e inocuidad de las autoridades de salud, disponer de planes de contingencia logística, y no tener miedo a la digitalización, factores fundamentales para hacer frente a esta nueva normalidad.

Se les invita a que puedan conocer más sobre los efectos en el comercio internacional del COVID-19 en el estudio: Tendencias de comercialización de frutas y vegetales en tiempos del COVID-19 o bien escribiendo al correo [email protected] para obtener más información.